El año se escapa

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…y no le escribió, no pudo ni siquiera ver el mapa, lo hacia llorar desconsoladamente, como hacía mucho no lloraba. Tenía la paz de haberlo dicho todo, pero su corazón seguía recordando los colores y la carcajada eterna por el miedo a la luz del día. La nostalgia y el cansancio nublaban todo, pensó pedir ayuda, pero no tenía la menor idea de cómo hacerlo.

Faltan aún unas cuantas horas… encontró sus manos vacías, el año se había esfumado y con él días mejores… nunca se había dejado estar triste, siempre encontraba como sonreírle a la situación… para este punto ya todo era nuevo, se sentía ajeno a todo.

Cerró los ojos, sintió como la sangre recorría sus venas, aun completamente inmóvil, comprendió que se movía con el todo, y dentro de él, todo se movía aún más rápido. La ansiedad le oprimía el pecho, se sentía minúsculo, como una brizna a punto de perder su fuego.

Intentó quedarse aún más quieto, sintiéndose aún más solo, ahora podía sentir sus latidos, las lágrimas eran ríos, se vió montado en la corriente, mejilla abajo, buscando el mar.

El mapa a crayolas

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Empezaba el día. El cielo despejado. La sonrisa en los labios. La nostalgia en el corazón y el amor en cada fibra de su ser. Eran ya quince días de ver el amanecer, mal dormido y enamorado. La frase: «No sé que hora, ni que día es.» Nunca había tenido tanto sentido. Los ojos apenas y podían enfocar a la distancia la soleada y fría montaña.

La vida ya tenía otro sentido y el amor no podía ser más puro. El miedo ya no existía, todo estaba dicho y todo estaba en su lugar. El viento marcaba otro rumbo y el mapa a crayolas aún le faltaba un pedazo.

Tomó el mapa, lo guardó en su corazón. Secó las lágrimas de sus ojos, con la certeza absoluta de no poder estar más pleno y la paz de haberlo dicho todo. El rumbo había sido fijado y no quedaba más que dejar al tiempo contar la historia.

Heavy seas of love

Veía el mapa una y otra vez. No entendía o no quería entender. Pensó irónicamente: «Hay cosas que no son para entender…». El frío de la mañana volvía a acompañarlo. Los primeros rayos de sol ya acariciaban la ciudad e iluminaban el graffiti del callejón: «On a day like today…» sonrió.

El olor a café recién chorreado lo invitó a entrar a un pequeño lugar que estaba apenas abriendo. –Buenos días, negro por favor. Tomó asiento en la mesa junto a la ventana. –Gracias. Tomó un sorbo. Cerró los ojos, elevó la cabeza un poco para poder sentir mejor como el café y el calor del sol calentaban su cuerpo. Al hacerlo notó lo que empezaba a sonar en la radio:

When your soul isn’t right
And it’s raw to the night
It’s in your
Hands
When the traces of dark come
To fade in the light
You’re in safe hands

Heavy seas of love
Radiance is in you
As above so below on the
Heavy seas of love

Heavy seas of love
We come together in you
Counting out the new moons on the
Heavy seas of love

If the world is too tall
You can jump you won’t fall
You’re in safe hands
What the day will now give
How those seeds will now live
It’s in your hands

Heavy seeds of love
Radiance is in you
As above so below on the
Heavy seas of love

Heavy seas of love
We come together in you
Counting out the new moons on the
Heavy seas of love

Heavy seeds of love
Radiance is in you
As above so below on the
Heavy seas of love

Heavy seas of love
Radiance is in you
Counting out the new moons on the
Heavy seas of love

Heavy Seas Of Love
Damon Albarn

las cuerdas

¿Qué tienen las cuerdas que todo lo hacen vibrar? Qué tienen las blancas y las negras que no han empezado a martillar y ya la lágrima anuncia su llegada…

Decían mucho tiempo atrás: «lo que se cantaba antiguantemente allá» Vibraciones eternas… que vienen de tiempos remotos a mover cada fibra… a sanar viejas y nuevas penas… dejá que el tiempo se detenga, que evoque viejos fantasmas… sácalos a bailar con estás viejas tonadas… de cuando se permitía tener tiempo para sentir y no era mal visto llorar… de cuando la pausa era natural y no un requisito para continuar…

Notas del pasado llenando el hoy… recordándonos que no estamos solos y que no: «solo a mí me pasan estas cosas»… que es un constante acto de valentía estar vivos y no tiene de malo, es más, es más que necesario detenerse a observar…

No creas, yo tampoco tengo idea de que vine a hablar… nada más te estoy contando lo que empieza a llegar… pero no me cabe duda alguna, de que estás palabras que se dejaron escapar… son justo las que necesitabas(mos) escuchar.